2 de diciembre de 2015

Cuando avistas un faro a proa, otro dejas de avistar a popa

Está claro que no existe la dicha plena, y que cuando avistas un faro a proa, otro dejas de avistar a popa. Ayer me tocó despedirme de quién durante gran parte de mi vida fue el faro que orientó mi rumbo. Quizá sin saberlo, es cierto, pero sólo con su ejemplo evitó que yo embarrancara en rocosas playas, o que zozobrara en cualquier tormenta.

Me despedí de él utilizando unos versos de Marcos Ana, que al menos por unos minutos hice míos, porque imaginé a mi padre despedirse de mí con estos mismos versos. Con permiso de Marcos Ana, y desde la enorme y humilde admiración que le profeso, dejadme que también ahora los haga míos.

Ocaso grana



Quisiera conservar todas mis hojas, 
sin esa desnudez fría en las ramas 
del hielo y del invierno. 
Ser viejo, un árbol viejo. Está Bien. 
Pero ver todas mis hojas canas, 
como el árbol que queda por la escarcha 
y la luna cubierta de plata. 
O cubierto en los oros 
que el sol retiene con espaciosa calma 
en las cimas azules de esas tardes de otoño, 
un rescoldo de sueños, que en dormidos espejos 
se mueren reclinadas. 
Así mi atardecer quisiera… 

No importa que la trama de mis huesos 
transluzca sus pálidos encajes 
si es mi corazón roja rama que canta 
la alegría de todos. 
Si en mi mano florece la cayada 
que cortaron mis hijos, 
de un fresno encendido por las luces del Alba. 

Si curando al viento mis banderas heridas, 
voy caminante, río abajo, hacia la mar ancha, 
con mis deberes hechos y bajo lunas castas, 
noble y tranquilo hasta la gran orilla 
donde espera, entre hierbas, amarrada mi barca….

24 de noviembre de 2012

Presentación en librería "Letras", Ávila

Hoy mismo he presentado mi obra en las instalaciones de la Librería Letras de Ávila, tengo que agradecer a Gema que me ha ofrecido sus instalaciones con enorme entusiasmo para realizar este evento, y  por supuesto al publico asistente, por su participación y por el interés mostrado.
 




 

6 de mayo de 2012

Una feria del libro sin libreros. 45 Feria del libro de Valladolid


Es un hecho contrastado a lo largo de la historia que los regímenes totalitarios se identifican claramente por dos factores, la constucción de obras megalíticas, carentes de cualquier uso o sentido que no se otro que el de hacer pasar a la posteridad al dirigente que la concibió, y la del desprecio por cualquier manifestación cultural que no suponga una herramienta de propaganda en su propio beneficio. O incluso, en un alarde de sofisticación,  por la combinación de ambas, poniendo la cultura al servicio de la promoción de las obras megalíticas que a su vez servirán para honrar la memoria del régimen en las que se construyeron.

Para los que nos confesamos compradores compulsivos de libros, una feria del libro supone algo así como lo que pudo suponer Sodoma y Gomora para los asiduos a otro tipo de vicios, un lugar lleno de provocaciones para despertar nuestro pecaminoso deseo de lectura. Pero mira por donde, igual que ocurriera con esas dos ciudades de perversión, afortunadamente para la redención de nuestras almas, una mano bienhechora ha convertido la última feria del libro de Valladolid en un lugar de recato, donde las provocaciones se han reducido tanto que los pecadores podemos pasear por ella y salir libres de pecado. En mi caso sin haber comprado un solo libro, hecho que en cualquier otra feria me parecería inverosimil, pero en este caso, teniendo en cuenta la casi total ausencia de libreros, seres perversos encargados de llevar el pecado hasta el último rincón, Evas lujuriosas que ofrecen la manzana del pecado en forma de libro, era del todo predecible.

Pero no por ello, nosotros, los pobres pecadores, vamos a perder la esperanza en una condena de libertad, donde las letras surgirán, al igual que la grama mas salvaje, de entre los adoquines del mas recoleto paseo, y se alistarán en ejercitos de ideas para luchar en la ya milenaria guerra para defender la literatura.


5 de abril de 2012

Retazos de "Cartas a las dos en punto". También para ellos tuvo que ser difícil.

También para ellos tuvo que ser difícil, ¿no crees?. Para aquellos que se avergonzaron de conocernos primero, y de no ayudarnos después, y que tuvieron que expiar su culpa durante tantos años viéndonos pasar vestidas y pintadas de color, arrastrando ellos por contra su existencia triste y gris, su existencia de miedos y de silencios, frente a nuestra desvergüenza, también tuvo que ser difícil. Cuando para sobrevivir tienes que pagar tan alto precio, el precio de ser partícipe de una mentira, coreando con el resto de comediantes el estribillo necio de una copla que no tiene mas sentido que adular aquello que para su resplandor requiere tan alto priecio, sobrevivir no debe ser fácil.


19 de marzo de 2012

Retazos de "Cartas a las dos en punto". Dejame que lo intente

Déjame que lo intente, déjame que te escriba mis recueros, aunque muchos de ellos, la mayoría, sean también tuyos. Y si en algún caso no coinciden, si en algún caso mis recuerdos son distintos a los tuyos, será porque el polvo del olvido no sólo los cubrió, sino que además, de tanto tiempo cmo estuvo cubriéndolos, escondiéndolos, los pervirtió. Quizá por eso algunos hicieron tanto esfuerzo para que el polvo cubriera los recuerdos, porque tenían la esperanza de que con el tiempo el polvo del olvido los pervirtiera, pero eso ahora da lo mismo, ahora lo que importa es que los recuerdos vuelvan, vuelvan con nosotros y los hagamos nuestros, y así, de una vez por todas los podamos asumir, y una vez asumidos los podamos superar, todos, unos y otros, los buenos y los malos. Y, ¿quién sabe?, quizá cuando los hayamos superado, todos, cuando hayamos pasado el duelo, cuando reconozcamos que hubo una perdida, ya irreparable, encontremos el perdón.


7 de marzo de 2012

Hoy hace diez años.


Cada día está lleno de encrucijadas que condicionan tu camino. Lleno de circunstancias, situaciones, incluso decisiones, algunas azarosas, que pueden cambiar tu vida de forma insospechada. Aunque muchas de estas encrucijadas te puedan parecer banales a priori, nunca sabes en cuál de ellas tu vida tomará unos derroteros inesperados que te condicionarán ya para siempre, nunca sabes cuál de los naipes será el que derrumbe el castillo. 
Hoy hace diez años un hecho cambió mi vida de una forma que entonces no imaginaba, aunque sólo sea que por primera vez sentí la necesidad de escribir para liberar algo que tenía dentro.

Con  la  imagen  aún  impresa  de  tu  mirada  perdida,            

y  el  recuerdo  imborrable  del  trasiego  a  tu  lecho,

custodio  tu  descanso  desde  el quicio  de  la  puerta.

El  respirar  agotado,  reiterada  estrofa  de  una canción  última.

Un  torrente  de  espasmos  irrumpe  en  tu  sueño,  
y  recorro  la  casa  buscando  en  vano  un  esquivo  auxilio,           
 y  te  aclamo,  y  te  imploro,  y  me  aferro  a  tu  cuerpo  yermo.
Y  tu  último  aliento  se  escurrió  entre  mis  brazos.

Ahora soy un estéril cazador de recuerdos,
ávido de imágenes que me devuelvan tu presencia.